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domingo, 2 de febrero de 2014

Taller con Ana Saeeda.


          ¡Qué buena manera de comenzar el mes! Estoy de suerte y... con lluvia que, también para las islas, suele ser una buena suerte.
          Me siento como te quedas cuando conoces a alguien inesperadamente al que querías conocer desde hace tiempo. La primera vez y ojalá no sea la última. Gracias Ana Saeeda por aparecer así, ahora y aquí en mi vida.



         (Reservo un pequeño espacio para cuando alguien me envíe una foto del grupo que hicimos tras el taller; aunque... ¿por qué no hacerlas también cuando llegamos, cuando los pelos están más en su sitio y los pintalabios?, je,je!!).

        Ya ha pasado el tiempo y... como suele ocurrir, a veces, la gente que te dice que te manda copias de fotos, les das el correo y... etc, etc, nunca lo hacen. Por mí no hay problema pero, claro, no quería dejar este espacio tan en blanco y he pensado poner uno de los vídeos de Ana en El Cairo, en concreto del pasado 2013 y así podéis verla y disfrutarla, tanto para quien la conozca como para quien no porque, como dice el refrán, "para muestra un botón".


Para mí es importante porque, como dije al principio de esta entrada, han sido años esperando conocerla en persona y mira tú, cuando menos me lo esperaba. Recuerdo que, por aquellos tiempos, no había talleres en los que "las principiantes" o "las que sabíamos un poquito" pero no éramos de la "élite" no sé por quién nombrada... pues no teníamos ¿el nivel?, o las mismas ideas, o la "apariencia externa" o no bailábamos el agua ni comulgábamos con ruedas de molino ni apoyábamos lo inapoyable o... había tantas cosas tras "el baile"... por lo que, normalmente, no podíamos ir a según qué talleres o enseñanzas y, por aquellos entonces, en estas tierras afortunadas que son las Canarias había tan pocas...
          El caso es que... me quedé con las ganas...  pero como dice otro dicho popular: "lo que es para una es para una". Y ahí queda. 
Doy gracias por haber podido participar en una clase de Ana Saeeda.
 Maa´salama y hasta la próxima!!



                                                       P.D.: Por fin, hoy, he podido terminar esta entrada. 7/4/14.

Talleres con Vicky.


   


Y seguimos con lo de "por amor al arte", ji,ji!! porque... nunca he sido partidaria de poner fotos personales pero... hoy, tras conocer a Ana Saeeda en persona, estoy de celebración y haré la excepción. Pensaré: una de vez en cuando no hace daño, ja,ja!!
Gracias a Vicky Qamar por pasar este sábado en nuestra isla y enseñarnos a bailar más y mejor y... además, a tocar el piano, a jugar al tenis, a hablar más inglés... Bien por ser una chica OK. 
Y gracias Daima por organizar y darnos la oportunidad de aprender y disfrutar en estos talleres.
Y... ji,ji!!, también por encontrar ese sitio tan estupendo donde estuvimos tan a gusto y donde tan... uuummm!! a gusto comimos.









Taller con Lucía.






Podéis ver el vídeo del taller -que montó Daima- en esta dirección Youtube:  http://www.youtube.com/watch?v=eJOMEzN5X9s  Al par de días ya se podía ver, por ejemplo, en la web de Lucía. Lo pongo, y nunca mejor dicho, ja,ja!!, por amor al arte, porque, por lo que respecta a mí, como para darme un Goya, ja,ja!! Pero, bueno, la afición es lo que cuenta... y de esa hay mucha, más que de sobra. 
Lucía, maravillosa. Maravillosa Daima. Maravillosa su escuela. Maravillosas las compañeras. Maravilloso el sur. 
Y, por supuesto, maravillosa la danza y, cómo no, la oportunidad de inagurar de esta bella forma una escuela, la de Daima, a la que le deseo buena suerte en su andadura.






Y henos aquí tras aprender a bailar "algo más"  con Lucía.



Viaje a Barcelona.


          Este fin de semana celebro el primer cumpleaños de un viaje que hice a Barcelona hace justo un año. Fue de esos viajes que marcan, de los que una guarda siempre en su memoria por beneficiosos y perfectos, por inesperados y... que me llenó, de nuevo, de agradecimiento.
Ya hace un año... se dice pronto... 
Medio año antes yo había perdido definitivamente la danza. O la danza me había a mí perdido...
Al menos así lo creía y fruto de ello, más de una lágrima. El no encontrar el hueco, el lugar, el momento... -quizá más por parte mía - y montón de "historias", de esas de las que en la otra orilla no recuerdas -en este caso y esta vez, menos propias que ajenas...-, hacían que no coincidiera con una persona -profesora, amiga, maestra...-, del sexo, la religión o la raza que fuera, con la que pudiera avanzar de verdad y seguir adelante... contenta, además de con mi vida, con el baile -para mí, una de las grandes artes-. La situación era apremiante. Ya habían pasado muchos años sin tomar ni una clase... por no hablar de otras cuestiones más personales. No podía así seguir siendo.
Y entonces surgió. 
Encontré a la persona con la que había tomado mis primeras clases -serias por así decirlo- de danza oriental en un pequeño ciber, frente a mi actual apartamento. A veces, sí parece que el mundo sea un pañuelo. Estaba sentado a mi lado. Ni nos habíamos saludado. Iba con otra persona y, como era inevitable, escuché un poco de su conversación. Y recuperé mi memoria. Y me alegré incluso. 
Le dije: ¿tú eres tal persona? Tú me diste clase de... hace ya 12 años. ¡También se dice pronto! 
Y me acordé. Y se acordó. Y le conté. Y me contó. Me abrazó. También se alegró de verme. 
Y, más rápido incluso de lo que pasaron parte de estos años, me dijo: no tienes ni que pensártelo. Vente a mis clases. La primera te la regalo. Sólo voy a estar dando, por ahora, uno, dos, tres meses... luego, tengo que hacer (mis) cosas... Y me rescató para la danza. Y me alegró y me alegra. 
La danza forma parte de mi vida, de mi cuerpo, de mis pensamientos, de mi esencia, de mi sentimientos, de mis sueños... es una de mis más queridas "vías de escape"... es una de mis puertas, de entrada y de salida... de mis ventanas... a mi alma.
Y me dijo: Ana, no dejes de bailar nunca más. Pase lo que pase, digan lo que digan. Y me dió un nombre artístico, en árabe... que uní en el fondo de mi corazón al que hace años me otorgué interiormente, junto con el tema de "mis canciones", en una especie de bautismo cuando sentí que aquello también formaba parte de lo mío.
Aquel hombre, aquel antiguo maestro, me enseñó de forma particular porque se tomó como "cruzada" el ponerme al día, cosa que yo agradecía, después de tanto tiempo sin un aprendizaje regular en esta materia y después de tantas interrupciones e inconveniencias. Me dió el regalo del sable, del bastón... cosas que nunca había hecho; rescatamos para mí el velo. Incluso me aportó unas pinceladas para que yo conectara libre, en mi baile, ya por mi cuenta, lo oriental con lo flamenco -que es una de mis grandes pasiones, heredadas por vía materna-.
Y también me dijo: cuando yo deje de dar clases por ahora no pares: vete a península, aunque sólo sea un par de días, a tomarte algunas clases, aunque sólo sean unas horas, con... y me dio el nombre de tres personas. Y una... era Devorah.

            Y no pasaron ni dos meses en los que apareció la oportunidad. Se me abrió de nuevo la puerta. Esta vez, de la mano de mi ser por excelencia, de mi contínua formación y reciclaje profesional como Maestra de sanación y terapeuta. Iba a ir a Barcelona  a hacer un intensivo de una de las herramientas que más amo, con las que aprendo, enseño y trabajo en mis talleres y consulta: los cuencos de cuarzo.
¡Qué bonita fue "mi semana en Barna"! 
Decidí llamar a Devorah y, sin conocerme, me dió una acogida cálida, sincera y abierta. Así, entre mis activididades terapéuticas y de trabajo, tomé seis clases en su escuela. También me regaló la primera y fue  precisamente con ella -todo un lujo-, y la segunda. Y otras cuatro más en distintos días y horarios con cuatro profesoras de diferentes estilos. Conocí a chicas que habían hecho con ella la formación... todo fue un sueño. Aún me acuerdo hasta de la sala. Cálida, decorada con gusto, acogedora. Y el último día, en la relajación final ya terminando la clase, sonó de fondo, precisamente, -casualidad de las casualidades- uno de los mantras que yo canto y enseño -tanto en mi esfera privada y personal como profesional, en mi taller de "Cantos Sagrados".- ¡Hasta eso! ¡Qué regalo! Pregunté luego y me dijeron que era un tema que precisamente había seleccionado Devorah para poner en su escuela hacía como mucho un par de semanas... Cuando yo me aproximaba...
Y sí: no es casualidad nada.

         A la vuelta, nació físicamente hablando, "mi universo de blogs", a escala perfecta. Un año, doce meses, doce blogs. Uno par de meses más y tres más: quince -"la niña bonita"-.
El primero, el que da cabida a mi alma y mi espíritu: Desde la ventana de mi corazón, al que llamo cariñosamente "mi blog de los poemas" y otros y... éste: Mi cajita de baile, que tiene tan sólo díitas -como decimos por acá, por las islas- y que da cabida a la danza y a mi cuerpo, aunándolos en un tierno beso, en un todo... en un abrazo sincero y perfecto.

       Y justo, este fin de semana en el que celebro, dos talleres intensivos, seguidos, de danza. Ayer säbado en el sur, en la preciosa escuela de Daima, con Vicky Qamar y, hoy, enterándome ayer mismo -grata sorpresa-, en la ciudad de Las Palmas, con la mismísima Ana Saeeda a la que agradezco que me haya dado cabida. Años ha que, para mí es, una de las personas que quería conocer... y tenerla como maestra...¡pues -como se suele decir- ya vés! y yo como una de sus alumnas... independientemente de niveles.... y de otras cosas... 
  
            Como dicen las abuelas: "si lo que es pa´ una es pa´ una"
          También en España se dice que "habemos gente con ángel". Y yo, hoy, he recuperado el mío: ¡quién sabe si, enganchado, se había quedado por el camino!... 
Ahora, tras estos talleres, libre de magias y otros "ruidos" y de todo lo ocurrido, al frescor de la lluvia, todo va a ser distinto. Voy a seguir bailando porque sí, porque quiero, porque me nace, porque forma parte de mí... porque me hace, feliz. La danza vive en mí. Y nunca, nunca es tarde para sentirse así y poder seguir, sin que ya nada lo impida. Gracias Ana Saeeda por auparme y gracias a Daima Naima por la labor que hace. Han pasado quince años -también se dice pronto- desde que empecé, en esta vida -porque quién sabe, ja, ja!!-, con la aventura de "lo oriental" y siempre deseé tener intensivos, aquí, en mi tierra adoptiva, regulares porque... habemos gente... muy ocupada... que no disponemos del mismo horario que parte del resto... y claro, no poder aprender a bailar como Dios manda por ello... era una pena. 

         Sí, ha pasado el tiempo... y he sanado con ello. Y ahora, me recompenso. Esto ha sido un regalo. Vendrán nuevos y buenos. Y, mientras, yo canto, escribo, compongo, sano, ayudo a sanar, perdono, viajo, sueño, rezo, beso a la tierra y la amo y, ahora, de nuevo, también bailo.
Confío en Dios y en Ella mientras, haciendo todas esas cositas y otras...ja,ja!!  espero... a ese mundo nuevo al que, lleno de cambios positivos, todos los días nacer veo. Que la danza me ayude, a partir de ahora, de forma constante y me alegre en mi empeño. 
          Y a todo el/la que de buena manera ha hecho posible ésto, un dulce beso y ¡¡gracias por ello!!.


Mi cajita de baile.